sábado, 19 de octubre de 2019

Atención a la diversidad


Hoy vengo a realizar una pequeña valoración sobre la  experiencia educativa llevada a cabo en “O PELOURO” en materia de atención a la diversidad.


Como opinión personal de este centro gallego mis primeros pensamientos son positivos: escuela abierta, metodologías alternativas, integración... La magia de poder ser, de la aparición de una escuela para todos; donde tras sus muros de piedra hay espacio para los niños con autismo, síndrome de Asperger o Down, pero también para los superdotados o los considerados 'normales'. Es una escuela donde “poder ser uno y poder ser con otros”, un lugar donde “vivir la diversidad”.

Sin embargo, cuando empiezo a profundizar en este centro empiezo a tener opiniones contrarias entre las que destaco:

-       Dicen una escuela para “todo niño”, “sin etiquetas”. Y sin embargo hablan de niños y niños autistas, psicóticos, con Síndrome de Down... e  incluso algo que desconcierta, “normales”. Lo cual podemos entender que el término de niños “normales”, llega a ser, una forma de referirse a otra posible patología. Por tanto  todos esos conceptos van y no van cargados de supuestos: Si un normal es y no es un niño sano, un autista es o no es un niño enfermo.

-       Un problema es el cómo es entendida la escuela, de cómo expresan lo que es esta escuela, cuando el lenguaje es tan equívoco y está tan gastado, por la burocracia, por lo políticamente correcto, por lo marginal de todo lo relacionado con quienes son marginados.

-  Y proponen, entonces, denominaciones como la de “integración integral interactiva diferenciada”. O en una fórmula más elaborada aún: “Institución - escuela abierta a la complejidad. Arquitectura modular conexionada transdisciplinar. Psicopedagogía de la integración interactiva - intersectiva de todo niño de todo joven... en condiciones de desarrollo en territorios del existir”.

Por tanto una escuela que nace para la integración, como respuesta a la marginación, es decir, la de un medio que en sí mismo engendra marginación. O Pelouro no es, pues, un lugar pensado para integrar. Es simplemente, una escuela pensada desde otro sitio y con intereses que, como en cualquier otro centro, es económico.

Creo firmemente como dice la psicóloga, Claudia Pacheco: “La inclusión es un proceso continuo, no puede ser un ejercicio accidental, sino intencionado” y esta intención la debemos tener todos como sociedad; porque todos y cada uno de nosotros somos diferentes.

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